Angris Maer

En esta escultura, Tomás Barceló profundiza en la dualidad entre lo humano y lo animal, dando forma a un rostro que mezcla la belleza clásica con lo inquietante de lo sobrenatural. La textura rugosa y los tonos rosados, verdes y turquesas confieren a la obra una apariencia desgastada y antigua, como si se tratara de un vestigio de otro tiempo.

Los cuernos que enmarcan la figura y las orejas puntiagudas refuerzan su carácter híbrido, mientras que la expresión seria y la mirada intensa sugieren una entidad llena de misterio y simbolismo.

Esta pieza es una exploración del límite entre lo natural y lo sobrenatural, una representación de la dualidad que define nuestra percepción de lo monstruoso y lo bello.

Escultura modelada en arcilla refractaria de chamota fina y reproducida en resina. Pintada con goma laca, pintura de tiza, acrílicos, pintura férrica y barniz.

17 x 14 x 7 cm | 6,7 x 5,5 x 2,7 in