Esta pieza presenta un inquietante trío vertical: una calavera de grandes ojos vacíos en la parte superior, un rostro anciano y melancólico en el centro, y una figura diminuta al pie, perdida entre engranajes. Es como si el tiempo hubiera quedado atrapado en un circuito de materia y memoria, donde el ciclo de vida, muerte y creación artificial se hace visible. El rostro anciano, tallado con una expresividad grave y serena, parece mirar hacia dentro, como si intuyera que ya no queda mucho por decir. La obra está impregnada de una tristeza majestuosa, como una reliquia futurista que habla del destino de los cuerpos y de las máquinas que los sucederán.

Escultura modelada en arcilla, escayola tallada y objetos reutilizados. Reproducida en resina con nuevos detalles ensamblando objetos reutilizados y masilla epoxi . Pintada con goma laca, pintura de tiza, acrílicos y barniz.

27 x 37 x 8 cm | 10 x 14 x 3 in